Un tema muy sensible...

"...la paulatina superación de este dislate
será obra colectiva de los que se quedaron,
no de los que se fueron."
Rafael Arráiz Lucca




La verdad que lo considero un tema muy sensible y desde que Hugo Chávez asumió el poder, pues se ha convertido en punto de discusión y análisis, sobre todo si estamos considerando realmente el futuro de nuestro país.


Ya en un post anterior, traté de expresar mi inquietud sobre este fenómeno migratorio que se está suscitando en nuestro país de manera alarmante, y lo digo de esta forma porque es la juventud, nuestro futuro, que está arreglando maletas y demás cachachás para buscar nuevos horizontes en otros países. Lo que me inquieta del asunto es que en la mayoría de los casos ya están planificando su salida un poco tiempo antes de finalizar sus estudios universitarios, de tal manera de ir teniendo "el trabajo adelantado". Venezuela está gastando (no es inversión)importantes sumas de dinero en formar a un recurso humano necesario para nuestro desarrollo y progreso, que simple y llanamente es aprovechado por otras culturas.


Me pregunto...¿Quién es responsable de esta situación?....¿el gobierno? por su intolerancia y sectarismo (las oportunidades están en función de comulgar con un color político), ¿los padres, familiares? que animan a los muchachos a irse, incluso escucho que les venden la idea desde el bachillerato para algunos programas de intercambio escolar ó de nivelación pre-universitaria, para que así "se vayan acostumbrando" a la nueva cultura que deberán asumir como propia en poco tiempo, ¿los propios muchachos? que no han sabido asimilar identidad nacional, lo que me remitiría al gobierno y a las familias, ¿las élites?, esos grupos económicos que tienen poder y mucho arraigo en el país y que me gustaría verles haciendo campaña en este sentido y no mandando a sus hijos al exterior sin animarlos a que regresen.


Respeto mucho las posiciones particulares que cada quien tenga para emigrar, es más no me voy a erigir en la más patriota de todas porque no lo he hecho, pero es inevitable hacerme la pregunta si se me llega a presentar la oportunidad...¿qué haría?, con seguridad hace diez años no hubiera dudado en contestar que me habría ido como "corcho de limonada", disparada, pero en este momento y no tanto por la edad, reflexiono sobre el hecho cierto, si se abandona el barco llamado Venezuela por parte de la gente llamada hacer un "cambio" de verdad en este país...¿quién lo va hacer?...ya no estoy muy segura de decirles a mis hijos que se vayan fuera, me gustaría eso sí que se prepararan académicamente y como seres humanos de calidad, si es en el exterior, bien, pero que regresen a ayudar a su país...¿las circunstancias lo permitirán?....sólo Dios sabe, pero hay que ser optimistas. Algunos me tachan de idealista, pero quiero creer en este país, mi país y sin juventud, no vamos para el baile del progreso.


Hago otro comentario sobre las élites que mencioné con anterioridad, Rafael Arráiz Lucca, escritor y profesional de las leyes, en su columna dominical de EL NACIONAL del pasado 23 de Noviembre, explicaba que estando de visita en la Universidad de Cambridge una década atrás, tuvo la oportunidad de conversar con un investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos de esta institución universitaria y éste de manera tajante le increpó sobre la élite venezolana: "están educando a sus hijos para emigrar", y Arráiz Luca explica que apesadumbrado tuvo que admitir dicha observación como una realidad. Concuerdo totalmente, es necesario contar con aquellos estamentos de la sociedad que gozando de mayores recursos económicos para la formación de sus hijos puedan luego integrarse al país que deseamos, y que con la experiencia de estos diez años de "socialismo mal entendido" puedan insertarse dentro de un modelo que no olvide a los menos favorecidos para que así éstos puedan optar a más y mejores oportunidades de superación a través del trabajo productivo y enriquecedor.


Arráiz Lucca es definitivo en el siguiente análisis y lo transcribo completamente porque engloba gran parte de mi inquietud sobre este tema: "Dos hechos recientes refuerzan la hipótesis del amigo de Cambridge. La edición aniversaria de EL UNIVERSAL estuvo estrictamente concentrada en destacar a los venezolanos que han tenido éxito en el exterior, como si la mejor manera de reforzar la autoestima nacional fuese indicar que somos capaces de triunfar afuera, no adentro. Algo similar ocurre con el número de la revista que dirige mi amigo Roland Carreño, Look Caras, en ella se destacan a los personajes más exitosos de Venezuela. El grupo está compuesto por 18, pero sería mejor decir que que la mayoría son venezolanos exitosos en el exterior, ya que si bien Venezuela se ufana de sus logros, de sus frutos se benefician directamente otros países, además de ellos mismos, naturalmente. De los 18, la minoría trabaja aquí, mientras la mayoría materializa sus sueños en otra parte. No los critico y los celebro con entusiasmo, pero no dejo de advertir el metamensaje que se expresa en esto: el éxito está afuera. ¿Qué está adentro?."


Más adelante el escritor agrega: "Lamento si muchos se sienten dolidos por lo que expreso, pero tengan la seguridad de que así no se construyeron las grandes naciones. Éstas son fruto de quienes han entregado sus vidas laborales por ellas, no de quienes educaron a sus hijos para emigrar".

No hay dudas, es un tema sensible y en la medida que la intolerancia, la violencia, la corrupción y el clientelismo político sigan siendo más de los mismo en nuestro país, seguirá calentándose más el análisis...pero no podemos entregar nuestro futuro. Veo a Henrique Capriles, Leopoldo López, Pablo Pérez, Carlos Ocariz, Gerardo Blyde, Henri Falcón, entre muchos otros que pueden ser anónimos y creo que no todo está perdido. Observación aparte para Falcón, que con un liderazgo caracterizado por un trabajo reconocido por la comunidad, no necesitó de la figura del Presidente para obtener la más alta voltación en los pasados comicios regionales y eso debe reconocerse.
Arráiz Lucca, Rafael. Las élites y el país. EL NACIONAL. 23-11-08. Cuerpo NACION. pág. 17










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