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Mostrando entradas de abril, 2013

Seguimos adelante ...

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Cada vez que me levanto por la mañana y me dirijo a la nevera de mi casa, leo un papelito que se mantiene fijo a la puerta de este electrodoméstico ayudado por un imán, en dicho trozo de papel se me invita a ser feliz. “Siéntase feliz” es la orden y la naturaleza del mensaje tiene su origen en la aceptación de uno de mis hijos, hace unos años atrás, para ingresar en una de las universidades autónomas del país que lucha por mantener la excelencia académica que le caracteriza,  a pesar del cerco presupuestario que tercamente ha impuesto el gobierno central. He mantenido el mensaje allí como una reafirmación de vida para muchas situaciones que debo enfrentar, tanto personales, familiares o de ejercicio académico. Debo confesar que leer este mensaje el día  lunes 15 de abril por la mañana, me ocasionó una sonrisa a medias, algo sarcástica, diría que reflejaba hasta un sentimiento de frustración, a pesar de ello, pensé en mis hijos y sólo pudo venirme a la cabeza la determinaci

El olvido que seremos

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En momentos de tanto desencuentro, de tanta incomprensión, de tanta incertidumbre, recordé la inmensidad, el vasto territorio de lo posible cuando existe el refugio de la imaginación, el escenario de lo imposible cuando la desesperanza inunda todos los rincones. El ambiente se siente pesado, enrarecido, el entorno tiene forma de tristeza aunque obstinadamente se aferre a una sonrisa o a un gesto amable. Las lecturas más inmediatas son tediosas, simples, banales. Desde cada esquina del territorio no hay más que justificaciones y posiciones que pretenden convertirse en el norte de nuestras aspiraciones. El odio no quiere abandonar las plazas conquistadas, sus banderas ondean con fuerza, bocas entonando falsos himnos de paz, cuando tienen las manos preparadas para la guerra. En estas horas tan aciagas, traje a mi memoria los pasajes de una lectura reflexiva, llena del encanto de lo simple, salpicada de melodías que enaltecen el espíritu del ser humano. La razón me duele tanto